lunes, 5 de octubre de 2015

El Villa del Río no levanta cabeza y vuelve a perder.

Mal partido de los villarrenses que no pudieron superar al aguerrido cuadro local y a un discutido arbitraje.

 

Crónica partido 4ª jornada de liga de la Segunda División Andaluza.

Grupo de  Córdoba.

 

C.D. Vespertina Perro Verde 2  

Villa del Río C.F. 1

 

Vespertina- Ángel, Francis, Javi, Ote, Jacinto, Javi Díaz, Chamo (Pasteles min. 40) (Gabri min. 95), Barri, Patiño (Rafa min. 51), Juan Ángel (Baños min. 79) y David (Tron min. 92).

Villa del Río- Arenas, Celso, Corpas, Ángel, Germán (Medina min. 66), Cris (Zamora min. 81), José Luís (Agudo min. 64), Juan Diego, Figo (Jesús min. 73), Diego Aguilera (Pichín min. 60) y Muñoz.

Árbitro- Alejandro Moyano Muñoz. Estuvo auxiliado en las bandas por Rada Arroyo y González Moreno. Amonestó a los locales Ote, Javi Díaz, David y Rafa y a los visitantes Germán, Figo y Muñoz. Expulsó por doble tarjeta amarilla al visitante Arenas (min. 59) y al local Barri (min. 65).

Gol- 1-0 (min. 14) Ote  1-1 (min. 16) Figo  2-1 (min. 35) David de penalti.

 

Incidencias- Unos ciento cincuenta espectadores se dieron cita en el Estadio Municipal Francisco Losada de Hornachuelos en una tarde nublada pero calurosa.

 

 

Comentario-  (Firma: Francisco J. García)

 

El Villa del Río sigue sin enderezar su maltrecho rumbo y ya es colista del grupo cordobés de la Segunda Andaluza, tras caer por la mínima en su desplazamiento a Hornachuelos, en un partido en el que se dieron demasiadas circunstancias en su contra.

La tercera derrota liguera, tras cuatro jornadas disputadas, se fraguo en una decepcionante primera parte. En ella, se toparon con un rival muy aguerrido, que en ocasiones actuaba al límite del reglamento en la búsqueda de la intimidación de su oponente. Además su mejor adaptación a las reducidas dimensiones de su terreno de juego, jugaron a su favor. Mientras tanto los villarrenses trataban de superar sus propias limitaciones y las de un arbitraje, que en algunas acciones puntuales les perjudicó.

Y es que el colegiado Moyano Muñoz estuvo demasiado condescendiente en determinados momentos. Durante la primera media hora de partido trató de amarrar el mismo, con diálogo y sin querer mostrar tarjetas. Todo ello en una cita que tuvo demasiado juego subterráneo y que por lógica, derivó en continúas guerras dialécticas entre jugadores. Además en las jugadas polémicas del partido no estuvo acertado. No midió por el mismo rasero en las dos áreas. Y si en el área visitante, la acción de Celso sobre Juan Ángel, no dudó ni un instante en la señalización de los once metros. En la segunda mitad, en el minuto sesenta y seis, en una acción similar de Javi sobre Corpas, no solo no señaló penalti sino que saldó la jugada con una inesperada falta en ataque. En ambas acciones, el contacto, más leve o más intenso, existió claramente. El golpe de la bota del defensa sobre la pierna del atacante, se pudo, no solo visualizar si no oír y de manera muy nítida en todo el coliseo melojo.

 

 

Los locales se quejaron también del criterio empleado tras un derribo fuera del área de Arenas sobre David (min. 50), cuando éste lo enfilaba y que saldó con una simple tarjeta amarilla, cuando la amonestación bien podría haber sido de otro color.

Y los visitantes también protestaron la acción que originó el primer gol del partido, al entender que el corner que señaló el colegiado no fue tal, sino más bien debió indicar saque de puerta.

Pero una cosa está bien clara, con independencia de la discutida labor arbitral y de la desmesurada intensidad con la que en algunas acciones pudieron emplearse los jugadores locales, el Villa del Río cuajó un muy pobre partido.

El equipo sigue siendo muy blandito en defensa donde la contundencia brilla por su ausencia. En la primera parte, el cuadro local con cuatro llegadas puntuales pudo hacer otros tantos goles. En el minuto catorce, en el primer gol del partido, Ote cabecea con toda la comodidad del mundo un saque de esquina en pleno corazón del área. En el veintinueve, una chilena de David se fue rozando el poste, con la defensa marcando con la mirada. Y tras el gol de penalti, a un minuto del descanso, tras un saque de banda, ningún defensor es capaz de despejar el balón y tras pasearse por toda el área, llega a David cuyo remate se fue alto.

Tanta laguna en la parte de atrás hizo estéril el primer gol villarrense en el campeonato, obra de Figo que supo superar a Ángel con dos toques, tras un perfecto servicio del lateral Celso.

La delicada situación del equipo hace que en el campo se vea a los jugadores atenazados mentalmente. Con una excesiva ansiedad, lo que origina que el rendimiento de la mayoría de ellos y por tanto del equipo en general sea muy pobre. Hay un pánico generalizado ante el error y eso se traduce en un juego muy previsible, donde nadie arriesga en absoluto. Todo eso desencadenó que tampoco estuvieran acertados a la hora de hacer una correcta lectura del partido. Con el marcador a su favor, al cuadro local le interesaba un partido trabado, con continúas interrupciones en el juego que se hacían eternas debido a esos intercambios dialécticos que antes comentábamos. Cuando no eran con el árbitro, eran con los contrarios y esta estéril batalla provocó que poco a poco, se fueran saliendo mentalmente del partido. Ese factor con el marcador en contra, con un rival muy bien plantado defensivamente y en un campo pequeño terminó por resultar decisivo.

 

 

Encima este tipo de acciones terminaron por dejarlo, en inferioridad numérica, tras recibir Arenas una segunda tarjeta amarilla, por encararse verbalmente con un delantero local. Un grave error en un jugador que debió ser consciente que contaba con una amonestación en su haber. Esta expulsión originó el debut en la portería villarrense de Pichín, jugador que la pasada temporada militara en las filas de la A.D.F.B. Bujalance.

Y como los males no vienen solos, Tomás Joven tuvo que sustituir hasta tres jugadores por problemas físicos, Figo (golpes reiterados), José Luís (problemas de espalda) y Cris (lesión de rodilla).

La inferioridad numérica sería efímera, ya que unos minutos más tarde sería el local Barri quien tuvo que abandonar el terreno de juego por acumulación de tarjetas amarillas.

A estas alturas de partido, los locales ya le habían cedido el balón a su rival, para replegarse descaradamente en su parcela. Pero la posesión de balón villarrense fue tan intensa como estéril ya que apenas crearon ocasiones de gol. Hay un dato bastante revelador, el primer tiro rojillo entre los palos, fue en el minuto 87 obra del lateral Celso y que fue bien resuelto por el meta Ángel.

Los cinco minutos de alargue decretados por Moyano Muñoz tampoco trajeron el milagro en forma de gol, que pudiera darles al menos el empate.

Al final fue el Vespertina Perro Verde quien sumó su primer triunfo liguero y quien tomó aire en la clasificación. El Villa del Río se vuelve de vacío, sigue sin ganar y el resto de resultados lo dejan en la última plaza de la tabla clasificatoria.

Y el próximo domingo día 11 de Octubre (18 horas) visitará el Polideportivo Municipal, todo un aspirante al ascenso como el Montilla C.F.