lunes, 25 de febrero de 2013

Hay que ponerle más empeño para ganarle al Montalbeño.

Crónica partido 22ª jornada de liga de Regional Preferente de Córdoba.
 
 
 
C.D. Montalbeño  3  Villa del Río C.F. 0
 
Montalbeño- Román, Valero (Pedro min. 46), Javi, Miguelillo, Curro (Ángel min. 65), Pimpín, Álvaro (Juani min. 65), Dani Espejo, Manolo Ruz, Tifa (Emi min. 17) y Cristóbal.
Villa del Río- Marcial, Fran (Fernando min. 46), Javi Nieto, Cisco, Elena, Juan Ramón (Jacinto min. 46), Rubio, Sergio Guillén,  Juanma (Robles min. 62), Serrano (Moya min. 70) y López.
Árbitro: Abderrahim Brahim Walia. Estuvo auxiliado en las bandas por Narváez de Vera y López Torralbo. Amonestó a los locales Román, Valerio, Javi, Miguelillo, Curro, Pimpín, Emi y Juani y a los visitantes Javi Nieto, Cisco, Rubio, Serrano, Juanma, López y Jacinto. Expulsó por doble tarjeta amarilla a los visitantes Elena (min. 52) y Sergio Guillén (min. 59). Y con tarjeta roja directa al delegado villarrense Pepe Carabaño (min. 53).
Goles- 1-0 (min. 24) Cristóbal  2-0 (min. 29) Cristóbal  3-0 (min. 93) Dani Espejo.
Incidencias- Unos ciento veinte espectadores se dieron cita en el Estadio Nuevo Calvario de Montalbán en una tarde soleada pero fresquita. Antes del comienzo del partido ambos equipos le hicieron el pasillo de honor al C.D. Montalbeño cadete campeón de liga de Tercera Provincial.
 
Comentario- Firma: FRANCISCO J. GARCÍA
 
Pésimo partido, sobre todo en la primera parte, y un horroroso arbitraje. Así de breve y conciso se puede resumir el partido que disputó el Villa del Río en tierras montalbeñas y que le hizo encajar su décima derrota de la temporada.
Cuesta llegar a intentar dar una posible explicación al juego desplegado por los villarrenses en el primer periodo. Podíamos decir que sencillamente no estuvieron en el césped artificial del Nuevo Calvario. El equipo se vio superado por un rival que si supo utilizar sus armas y que tras unas lógicas dudas, supo encarrilar el partido en apenas cinco minutos. Los locales acuciados por la presión del descenso mostraron lo mínimo que debe mostrar un equipo, ilusión, actitud y compromiso. Todo lo contrario que su rival que estuvo apático, sin ganas, falto de actitud y jugando a un ritmo tan lento que parecía hacerlo andando. Encima y posteriormente hablaremos de ello, tuvo la mala suerte de encontrarse con un arbitraje nefasto, lo que desencadenó que los villarrenses en multitud de ocasiones estuvieran más centrados en protestar las decisiones del colegiado que del propio juego.
El partido estuvo equilibrado hasta el primer gol local, anteriormente incluso hubo dos ocasiones medianamente claras primero con un remate de Manolo Ruz que se fue desviado y con una vaselina de Sergio Guillén a la que le faltó precisión tras un desbarajuste defensivo local. Pero el gol de Cristóbal en el minuto 24 comenzó a romper el choque. El once local recogió un rechace en el vértice del área y tras regatear a un defensor colocó el balón en la escuadra de la portería de Marcial. Sin apenas tiempo para encajar el golpe llegaría la sentencia tras un vertiginosa contra local llevada por el recién entrado Emi por banda derecha que manda el balón al otro lado por donde entraba Cristóbal completamente solo. Aunque su control resultó defectuoso, peor fue la salida de Marcial que se pasó de frenada, dejando la puerta vacía para que Cristóbal hiciera el segundo de su equipo y segundo de su cuenta particular. La primera parte pudo acabar con una goleada de escándalo ya que Cristóbal en el minuto 43 mandó arriba en el primer palo un centro de Valerio mientras que Emi, un minuto después se topó con el larguero de la portería de Marcial.
Ya a estas alturas de partido, el foco de atención se había trasladado a la actuación arbitral. Brahim Walia ya había mostrado en este primer periodo nueve tarjetas amarillas. Bien es cierto que el partido resultó calentito, pero no es menos cierto que el colegiado había puesto el listón de las tarjetas demasiado bajo. Parecía que quería enmendar su falta de personalidad con las sanciones disciplinarias. Y como el Villa del Río sigue sin saber jugar con la boquita cerrada y aceptando como algo inevitable los errores arbitrales, pues terminó cargándose de tarjetas. Las expulsiones no iban a tardar en llegar y en el minuto siete de la reanudación y en una misma jugada el central Elena y el delegado Pepe Carabaño son expulsados. El primero recibe una segunda tarjeta amarilla cuando se encuentra tirado en el suelo y según el colegiado el balón golpea en su brazo aunque éste esté pegado al cuerpo. La exclamación "arbitro, es que los brazos no se los puede dejar en la caseta" como referencia a la involuntariedad de la acción le cuesta la expulsión el delegado villarrense. Unos minutos después y tras una trifulca en medio campo Sergio Guillén ve también la segunda tarjeta amarilla y deja a su equipo con nueve jugadores sobre el campo, con más de media hora por delante. Por cierto hay que ser justos y decir que en esa acción quien debió ver la tarjeta roja directa fue el villarrense Cisco por propinar una patada a un contrario cuando estaba disputando una acción desde el suelo. Así que con dos goles abajo en el marcador y con dos jugadores menos se presagiaba una hecatombe. Pero el Villa del Río dejó pequeño aquel dicho de Helenio Herrera, el que decía que se juega mejor con diez que con once. Bueno pues el Villa del Río estuvo infinitamente mejor con nueve jugadores que con once. Por que este cambio. Porque el equipo comenzó a correr, a saber bascular de un lado al otro para tapar todos los huecos, supo retener la pelota y no perderla con facilidad e incluso en contadas ocasiones supo acercarse a la portería de Román. Los minutos pasaban y Marcial no pasaba apuros. Los locales no sabían aprovechar su notable superioridad numérica. Tan solo en el minuto tres de descuento Dani Espejo supo cabecear a la red un centro de Emi desde la banda derecha. A esa altura del partido Brahim Walia llevaba enseñadas 19 tarjetas amarillas y 1 roja directa. Todo un record, en mis veinticinco años de cronista, nunca ví nada igual y los partidos polémicos y calentitos han existido antes, ahora y siempre. En definitiva una accidentada tarde tanto por la derrota como por la imagen dada en la primera hora de partido y que pasará una enorme factura en forma de sanciones (Serrano, Elena y Sergio Guillén, más Cris) y lesiones (Julio, Dani y Yedres) mientras que jugadores como Juanma, Robles y Juan Ramón acabaron con distintos problemas físicos. Así que al juvenil Antonio Moya que debutó con el primer equipo se le tendrán que unir varios compañeros de equipo para la cita del próximo domingo a las cinco de la tarde en el Polideportivo Municipal donde espera el Almedinilla.