viernes, 6 de abril de 2012

Victoria épica de un Villa del Río condenado a sufrir.

Crónica partido 30ª jornada de liga de Regional Preferente de Córdoba.


Villa del Río C.F. 1 U.D. La Voz 0

Villa del Río- Zamora, Mariano, Alfonso, Elena, Montilla, Javi Nieto, Juan Carlos (Vicente min. 94), López, Navas (Soriano min. 68), Cris y Juanma (Antonio min. 90).

La Voz- Javi Baena, Fran (Daniel min. 85), David (José min. 55), Yeray, Herrerías, Sergio Rojas, Montenegro, Rueda, Huevo, Óscar y Ricardo (Cristian min. 71).

Árbitro: Muñoz González. Estuvo auxiliado en las bandas por Pérez Vázquez y Valero Toledo. Amonestó a los locales Juanma y Soriano y a los visitantes David, Montenegro, Yeray, Óscar y Rueda. Expulsó por doble tarjeta amarilla al local Elena (minuto 35) y con tarjeta roja directa al también local Alfonso (minuto 50).

Goles- 1-0 (min. 40) Juanma

Incidencias- Un centenar de espectadores se dieron cita en el Polideportivo Municipal de Villa del Río en una mañana nublada en la que el sol aparecería finalmente con cierta timidez. Antes de comenzar el partido se guardó un minuto de silencio en memoria del socio local Manuel Camargo Sánchez, recientemente fallecido.


Comentario- Firma: FRANCISCO J. GARCÍA


El Villa del Río continúa con vida en la lucha existente por evitar la quinta y última plaza de descenso a Primera Provincial tras doblegar a un rival directo como La Voz en un partido en el que tuvo que recurrir a la épica para hacerse con los tres puntos en litigio. Y es que los villarrenses que llevaban doce partidos sin ganar, disputaron cuarenta minutos de partido con una doble inferioridad numérica tras las expulsiones de Elena y Alfonso. Aun así supieron sobreponerse a tanta adversidad y aguantaron estoicamente el ataque continuo del equipo de la barriada de Las Margaritas de nuestra capital. Además como suele ser lógico siempre que se gana un partido en una situación así, contaron con el factor suerte de su lado ya que La Voz llegó a estrellar hasta tres balones en los palos de la portería de Zamora.

La derrota del equipo que ayer dirigió de manera provisional Jesús Jurado, Rafa Claus se había tomado unos días de vacaciones, vino motivada sobre todo por que no supo materializar sus ocasiones. Y un buen ejemplo de ello fue la primera que tuvieron en el partido. Al minuto y medio de juego, Huevo aprovecha su velocidad y un perfecto pase al hueco para plantarse solo ante Zamora, cruzando en demasía su remate. Fue una muestra clara de las intenciones del equipo visitante que se mostraba serio y contundente en defensa, muy trabajador en medio campo y con las ideas muy claras arriba. Sergio Rojas (minuto 9) haría temblar el larguero con un contundente remate desde la frontal, demostrando que aunque la iniciativa la intentaba llevar el cuadro local, el peligro lo ponían los visitantes. Un remate de Cris desde la media luna y otro de Juan Carlos tras un pase atrás del lateral Mariano fueron los primeros avisos de un Villa del Río al que le costaba superar a su rival. Y es que la calidad del medio campo de La Voz hacía valer su oficio. Montenegro, Manolo Rueda y Sergio Rojas comenzaban a tocar la pelota y a crear peligro en el área rival. En dos jugadas a balón parado tuvieron sus opciones, primero con un disparo de Montenegro que tras tocar en la barrera fue detenido por Zamora y posteriormente la conexión entre Manolo Rueda y Óscar acabó con el cabezazo del delantero visitante estrellándose en el larguero local. Pero sobrepasada la media hora de juego comenzaría a desnivelarse el choque, no en el marcador sino en el número de efectivos ya que Elena en apenas diez minutos ve dos tarjetas amarillas y tiene que irse expulsado. Curiosamente en inferioridad numérica lograrían los villarrenses el gol que a la postre decidiría el partido. En el minuto 40 un pase largo sobre Juanma unido a una desaplicación de la línea defensiva de La Voz, habilita al once local para plantarse solo ante Javi Baena y batirlo con un fuerte chut junto al poste. Lo más difícil parecía estar hecho pero condenados a sufrir ante la ventaja numérica de un rival que ya había dado muestras sobradas de sus cualidades futbolísticas. Pero tras el descanso y en apenas cinco minutos el partido toma un giro inesperado. Con el juego detenido por una falta próxima al área defendida por el Villa del Río, el árbitro expulsa al lateral Alfonso por unas presuntas amenazas sobre su persona cuando el jugador local negaba haber insultado o amenazado al colegiado, jurando y perjurando que dichas palabras no habían salido de su boca. Pese a las numerosas protestas de los locales, Muñoz González deja con tan solo nueve jugadores sobre el terreno de juego a los rojillos y con cuarenta minutos de juego, más el posible descuento, por delante. 

A partir de ahí el partido fue un monólogo de La Voz que encerraba en su parcela a un Villa del Río que se defendía como gato panza arriba ante las acometidas de su rival. El derroche físico fue digno de elogio tratando de cerrar las posibles vías de penetración del cuadro capitalino. Los ánimos en los graderíos estaban muy crispados con una actuación arbitral con demasiadas lagunas y con un criterio muy desigual. Cualquier decisión de Muñoz González era protestadísima por ambos contendientes y más cuando se equivocaba. Como cuando le mostró la tarjeta roja al visitante Montenegro por una presumible acumulación de tarjetas amarillas, lo que a todas luces era incierto, menos mal que a instancias de su asistente supo reaccionar a tiempo y permitir el retorno al partido del siete visitante cuando éste se disponía a abandonar el terreno de juego. Lógicamente la indignación en la parroquia local era notoria pues no comprendía algunas de las decisiones del colegiado. Mientras tanto en el partido y por tercera vez el poste evitaría el posible gol visitante tras un remate muy duro y colocado de Óscar. Y si no eran los palos era el veterano Zamora quien se erigía en el salvador de los suyos con varias paradas sencillamente impresionantes. Hasta en tres ocasiones los delanteros de La Voz se toparon impotentes con el guardameta local. Los minutos iban pasando, el partido agonizaba y las fuerzas comenzaban a fallar en el bando local. Los ocho minutos de alargue que otorgó el colegiado se hicieron eternos y vividos bajo la angustia ya que en cualquier momento podría llegar el gol del empate que echara por tierra el gran trabajo defensivo del equipo y dejara al Villa del Río prácticamente sin opciones en la lucha abierta por evitar el descenso. Al final hubo un enorme suspiro de alivio con el pitido final y el equipo salvó su primer match ball, aunque lo sigue teniendo realmente muy complicado para lograr la ansiada permanencia en la categoría.